Cuando un psicoanalista interviene a su paciente, su propósito
fundamental es permitir que el sujeto se exprese sin ninguna censura. Es
a esto a lo que se le llama «acto analítico». "El acto analítico es
como tal un corte, es practicar un corte en el discurso, es amputarlo de
cualquier censura, al menos virtualmente" (Miller, 2016). Esto va de la
mano con la técnica fundamental del psicoanálisis: la asociación libre,
es decir, la solicitud que hace el psicoanalista de que su paciente
diga todas sus ocurrencias, así le parezcan inapropiadas, indecorosas o
indebidas. "El acto analítico es liberar la asociación -es decir, la
palabra- de lo que la constriñe, para que discurra libremente. Y
entonces constatamos que la palabra liberada recupera recuerdos, pone en
presente el pasado, y bosqueja un porvenir" (Miller).
El acto
analítico va de la mano con lo que se denomina «el deseo del analista»,
que no es un deseo del orden del hacer, sino que es más bien una
posición: la posición del analista en la cura, la cual "consiste
esencialmente en la suspensión de cualquier demanda de parte del
analista" (Miller, 2016). Esto significa que, si algo sabe hacer un
psicoanalista, es suspender cualquier demanda de ser: "no se les pide (a
los pacientes, a los analizantes) ser inteligentes, no se les pide
siquiera ser verídicos, no se les pide ser buenos, no se les pide ser
decentes, sólo se les pide hablar de lo que se les pasa por la cabeza,
se les pide que entreguen lo más superficial de lo que viene a su
conciencia" (Miller). Esto para nada es fácil: dejar de hacerle demandas
al otro, dejar de pedirle que sea de tal o cual manera, o que responda a
determinados ideales sociales, culturales, familiares, etc.; eso que se
denomina en el lenguaje psicológico «el deber ser», lo cual es una
demanda imperativa y constante del Otro social, del Otro cultural, y que
es lo que Freud llamó el superyó. Es lo que los sujetos hacen todo el
tiempo con sus semejantes, y que los llevan a juzgar permanentemente la forma de ser de los otros.
Para poder dejar de lado esa
demanda de ser que regularmente los sujetos le hacen a sus parternaires,
el psicoanalista debe pasar por su análisis personal. Este es el
aspecto más importante de su formación: pasar por una experiencia de
análisis en la que se realice con su ser una ascesis, una limpieza de
ese ser -el cual no es otra cosa que una falta de ser-. Esta ascesis
implica que el analizante deje de lado sus ideales, sus prejuicios, sus
certezas, sus creencias, todo aquello que el sujeto cree que él es;
llegar a saber que el Otro en el que él creía, no existe, no está, no va
más.
El deseo del analista, entonces, no busca ajustar al
analizante a nada, ni busca hacerle el bien; tampoco se trata de
curarlos (MIller, 2016), por eso Freud insistía en que el psicoanalista
-y todo psicoterapéuta en general- debe curarse de su furor sanandi,
de su deseo de curar, si no quiere producir estragos en sus pacientes,
el mismo estrago que producen las personas que intervienen a otras
queriénloles hacer un bien o las que intervienen desde sus buenas
intenciones.
Lo que busca el deseo del analista es llegar a
obtener lo más singular que constituye el ser del sujeto, es decir, que
el sujeto llegue a delimitar lo que lo diferencia como sujeto de los
demás y asumirlo como propio (Miller, 2016), es decir: "Yo soy esto que
no está bien, que no es como los demás, que no apruebo, pero que es esto
-lo cual sólo se obtiene, en efecto, por una ascesis, una reducción-"
(Miller). El deseo del analista apunta, entonces, a obtener una
diferencia absoluta, diferencia que "no se vincula con ninguna pureza,
porque esta diferencia nunca es pura. Al contrario está enganchada con
algo que Lacan no dudaba en llamar cochinada, esa que ustedes pescaron
del discurso del otro y que rechazan, sobre la que no quieren saber
nada" (Miller). Pues bien, esa cochinada es lo que Lacan denominó en su
teoría «objeto a» minúscula.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
miércoles, 22 de febrero de 2017
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