El psicoanálisis nos enseña algo que al sujeto le cuesta mucho reconocer: "no todo lo que llevamos dentro es agradable" (Dessal, 2018).
Esto contradice el discurso que impera socialmente y que invita a sacar
lo mejor de nosotros mismos, o de ser cada día mejores personas, o que
los seres humanos somos bellas personas, etc. La verdad es que no vamos a
ser mejores personas, ni vamos a superar esa parte de nosotros mismos
que permanente nos boicotea. Hay algo oscuro dentro de nosotros muy
difícil o imposible de cambiar, y lo mejor que podemos hacer con esa
parte oscura -eso que el psicoanálisis llama síntoma-, es enfrentarlo.
"Reconocer nuestros problemas, nuestros dramas, de no darles la espalda.
Eso vuelve la vida un poco más digna. Reconciliarnos con la verdad de
que no todo lo que llevamos dentro es agradable" (Dessal).
Ese
lado oscuro que todo sujeto tiene, su demonio interno, eso que el
psicoanálisis denomina la pulsión, también contradice "esa ideología que
reina actualmente de que los seres humanos siempre pueden encontrar la
felicidad" (Dessal, 2018). Ser feliz se ha convertido en algo imperioso
en la sociedad contemporánea; "se promueve la idea de que la felicidad
está al alcance de todo el mundo" (Dessal), siempre y cuando seas
alguien que se ha adaptado al "sistema", ese
"conjunto ordenado de
normas y procedimientos que regulan el funcionamiento de un grupo o
colectividad" (Diccionario de Google). Además, la felicidad en esta
sociedad de consumo, se asocia con la idea de poseer bienes y comprar.
Ya lo indicó Bauman
(2016) claramente: "En el mundo actual todas las ideas de felicidad
acaban en una tienda". Con un agravante: si no se responde a esta
demanda imperiosa de consumir, el sujeto pasa a ser un fracasado, un
perdedor. Y en efecto, así se sienten muchos de los sujetos que no
logran hacerse a los bienes que los ricos sí, lo que los conduce a
endeudarse o buscar la manera de hacer dinero fácil. Esto conduce al
sujeto contemporáneo a un círculo vicioso sin fin: trabajar para
consumir, para endeudarse, lo cual obliga a seguir trabajando para pagar
las deudas que no terminan, como un barril sin fondo, y en eso se va la
vida. Ya lo dijo Mujica
(2016): "No compras con plata. Compras con el tiempo de tu vida que
gastas para conseguirla". Así pues, es una falacia pensar que todo el
mundo, si se lo propone, podría ser feliz (Dessal).
El
psicoanálisis sabe que el sujeto no puede resolver muchas cosas; "en
análisis, se analizan los síntomas pero se llega a un punto en el que se
tropieza con un límite" (Dessal, 2018). Ese límite marca la infelicidad
del sujeto, eso que, por más que se lo proponga, no logra cambiar; eso
que insiste, que se sigue repitiendo y que señala lo desagradable que
hay dentro de él y que lo boicotea. La terapia psicoanalítica le va a
permitir al sujeto cambiar la forma en la que ese síntoma, ese dolor,
ese sufrimiento opera en su vida. Se puede modificar la relación del
sujeto con ese síntoma último que se sabe que está ahí y que no puede
cambiar, pero con el que se puede y se tiene que aprender a convivir
(Dessal), su partener-síntoma.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
lunes, 26 de noviembre de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
553. Las clínicas de urgencias subjetivas
Las clínicas de urgencias subjetivas son espacios dedicados a atender crisis emocionales o psíquicas desde una perspectiva psicoanalítica la...
-
El padre alcahuete es el que encubre a su hijo en algo que se quiere ocultar. Este padre suele ser permisivo y prodiga un amor incondicional...
-
El sueño, lo dice Freud (1915-16) claramente, "es un sustituto de algo cuyo saber está presente en el soñante. pero le es inaccesible...
-
La estructura del lenguaje nos somete a la lógica de la diferencia significante, la cual es siempre una diferencia binaria. “La cuestión de ...