Hay en las neurociencias actuales una división entre los científicos que
intentan localizar todas las funciones subjetivas del sujeto, en el
sistema nervioso central; se puede decir de ellos que son
reduccionistas, positivistas extremos, que suponen la causa de los
síntomas psíquicos en algún lugar del cerebro, el cual no anda bien,
lugar que se puede localizar con imágenes de resonancias magnéticas, y
que una vez localizado, un buen día se puede manejar y así ponerle fin a
ese síntoma que hace sufrir al sujeto (Bassols, 2012).
Pero existen otros neurocientíficos que se han dado cuenta "de que hay
algo de la dimensión subjetiva fundamental que no puede localizarse en
el sistema nervioso central, que es exterior a él, que actúa como una
suerte de parásito al sistema nervioso central" (Bassols), y eso que
actúa como un parásito en el cerebro es el lenguaje.
Lacan le da
al lenguaje un lugar: el lugar del Otro, el Otro simbólico, que no se
localiza en ninguna parte, más bien está por todas partes; el lenguaje,
entonces, "es una suerte de parásito que parasita el sistema nervioso
central modificándolo continuamente, cambiando todo el organismo en un
cuerpo" (Bassols, 2014). El organismo se puede poner del lado de la
neurociencia, ese que está hecho de un sinnúmero de aparatos:
respiratorio, óseo, reproductor, nervioso, etc.; el cuerpo se pone del
lado del psicoanálisis, como producto de la intervención del lenguaje
sobre el organismo, afectando su funcionamiento, como lo muestran
claramente los síntomas histéricos, en los que, como lo dice Freud
claramente, se trata de un síntoma que afecta el funcionamiento de los
órganos del cuerpo, sin causar una lesión o un daño físico al órgano;
por esta razón los médicos positivistas se enfrentan a un enigma cuando
el órgano funciona mal, pero las pruebas clínicas salen bien. Así pues,
organismo y cuerpo no son lo mismo, y por esa misma razón, el cuerpo no
se reduce al organismo, a un conjunto de células, hormonas o neuronas
(Bassols).
Ese paradigma cientificista que reduce la subjetividad
al organismo es el que publica en los periódicos noticias de la ciencia
actual, como por ejemplo, el descubrimiento del gen de la
homosexualidad o el gen del autismo, lo cual no deja de ser muy
delirante (Bassols, 2012). ¿Se puede imaginar lo que sucedería si fuese
cierto que la homosexualidad es causada por un gen "gay"? Sucedería que
los homosexuales empezarían a extinguirse, ya que las mujeres en
embarazo se harían una amnioscentesis antes de los tres meses de
embarazo, un examen para evaluar el material genético del feto, y si se
encuentra dicho gen, se puede suponer que la mayoría de estas mujeres
abortarían. ¿Qué padre de familia querría que su hijo fuese homosexual?
Mejor se desecha antes de que nazca, dirían muchos padres.
El
psicoanálisis enseña que "para ser homosexual hay que construirse un
cuerpo homosexual, no basta con un organismo, como también para ser
heterosexual por otra parte" (Bassols, 2012). Freud lo descubrió desde
el momento mismo en que se puso a estudiar la sexualidad humana: es
igual de difícil llegar a ser homosexual que heterosexual; "es tan
complicado constituirse heterosexual o constituirse como homosexual, hay
que hacer un rodeo enorme, nada en lo real del organismo determina eso,
mucho menos un gen" (Bassols). Nacer con un pene o con una vagina
tampoco hace al sujeto un hombre o una mujer. Para el psicoanálisis, se
llega a ser hombre o se llega a ser mujer; no se nace siendo un hombre o
una mujer, y nada en el organismo determina esto. Es un asunto
puramente psíquico, cosa que los positivistas no logran comprender.
Así
pues, para las neurociencias "el inconsciente sería localizable en el
cerebro. Neurotransmisores y hormonas son la explicación a todo mal y a
todo bien. Está triste: se trata del fallo de un neurotransmisor. Se
enamoró: es porque se produjo la liberación de una hormona. Se encuentra
deprimido: por supuesto, se trata de la disfunción provocada en el
cerebro después del ictus" (Teixidó, 2019).
El discurso supuestamente científico de las neurociencias es un
discurso muy seductor, debido a que le brinda una explicación a todo
malestar, determina la supuesta causa exacta del síntoma psíquico, lo
cual no solo tranquiliza al sujeto, sino que le evita pensar en las
causas psíquicas de aquel, es decir, lo desresponsabiliza; por eso se
dice que el discurso de la ciencia forcluye, borra la subjetividad del
sujeto. Y por esta razón se puede concluir que “el sujeto de las
neurociencias y del psicoanálisis no es el mismo” (Ubieto, 2019).
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
viernes, 29 de marzo de 2019
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