domingo, 26 de junio de 2011

307. La materia del goce es el lenguaje.

El goce es un concepto que se relaciona estrechamente con el campo del lenguaje y las leyes que lo regulan, es decir, con la dimensión intersubjetiva del lenguaje. Por el hecho de que el sujeto habla, por el hecho de que «el inconsciente está estructurado como un lenguaje», como lo señala Lacan, el goce no puede ser concebido como una satisfacción de una necesidad aportada por un objeto que la colmaría. El goce está hecho de la misma materia de la que está hecho el lenguaje, donde el deseo encuentra su lugar y sus reglas. Es este lugar del lenguaje al que Lacan denomina el gran Otro. La dificultad del término goce viene precisamente de su relación con el lugar del Otro, lugar de la cadena significante, es decir, del inconsciente. La materia del goce no es otra cosa que la textura del lenguaje.

El goce también aparece ligado, aunque no se lo mencione explícitamente, a las actividades repetitivas de la pulsión sexual, como sucede, por ejemplo en el chupeteo del seno materno, una vez que se ha satisfecho la necesidad orgánica de alimento, es decir, el niño goza de chupar, lo que marca su entrada en el autoerotismo. El sujeto toxicómano se asemeja bastante a esta imagen del chupeteo del seno por parte del niño; de hecho, es en la toxicomanía donde mejor se observa esa compulsión a la repetición de una experiencia que le brinda al sujeto una cierta satisfacción.

El goce pone en juego algo que no es de orden natural; se trata, por el contrario, del punto en el que el ser vivo se enlaza con el Otro del lenguaje. Lacan distinguirá entre el placer y el goce; el goce es lo que se encuentra en el más allá del principio de placer, es decir, que se trata de algo que excede los límites del placer. Ir más allá del principio del placer es un movimiento ligado a la búsqueda del un goce perdido, lo cual será la causa del sufrimiento del sujeto. Justamente en su texto Más allá del principio del placer de 1920, en el capítulo sobre la repetición, Freud descubre que el sujeto apunta al goce en un esfuerzo de reencontrarlo, lo cual sólo puede manifestarse como «repetición» inconsciente; y si el sujeto repite esta búsqueda de goce, es porque dicho goce está radicalmente perdido.

domingo, 12 de junio de 2011

306. La toxicomanía es una formación de ruptura.

La toxicomanía o la adicción en el psicoanálisis, no es una estructura clínica; esta es tomada, más bien como un síntoma. Pero se trata de un síntoma muy particular, porque es diferente a los demás. No se trata, como dice Laurent (1988) de un síntoma freudiano. El síntoma freudiano se caracteriza por ser una formación de compromiso, es decir que es el resultado de un conflicto entre fuerzas represoras y fuerzas reprimidas que buscan la manera de salir a la conciencia. Lo que Laurent propone es denominar a la toxicomanía, no como una formación de compromiso, sino como una formación de ruptura. ¿Ruptura de qué? Veamos.

Dice Laurent que “En su enseñanza, uno no puede decir que Lacan haya considerado que el psicoanálisis tenga mucho que decir sobre la droga, porque en el fondo, recorriéndolo de arriba a abajo, no hallamos más que algunas frases, pero nos da de todas maneras en los años `70, esta indicación mayor: “la droga, única forma de romper el matrimonio del cuerpo con el pequeñopipi"; decimos: con el goce fálico” (1988, párr. 5). Es una indicación preciosa, dice Laurent. Tarrab traduce la misma indicación de esta manera: "la única definición que hay de la droga, y este es el motivo de su éxito, es que la droga es aquello que permite romper el matrimonio del cuerpo con el pequeño-pipí, el matrimonio del sujeto con el falo" (2000, p.87).

El término goce es un concepto específico de Jacques Lacan. En términos muy generales podemos indicar que el goce tiene que ver con las relaciones que establece un sujeto deseante con un objeto deseado, y el monto de satisfacción que él puede experimentar del usufructo de dicho objeto. El término goce conjuga, entonces, por un lado, a la satisfacción sexual cumplida, y por el otro, el goce de un bien, lo que se llama «usufructo» en términos jurídicos. El sujeto toxicómano es, en este sentido, un sujeto paradigmático de lo que es sacarle provecho a un objeto con el que se satisface sexualmente.

548. La lógica del fantasma: el «fantasma fundamental»

El décimo cuarto seminario de Lacan se titula La lógica del fantasma, un título que puede parecer paradójico o discordante, ya que el fantas...