El psicoanálisis denomina «la época del Otro que no existe» a esta época
en la que ni la política, ni la religión, dan respuestas a la pregunta
del sujeto por el sentido de la existencia. Lo que ofrece la cultura
contemporánea, y como imperativo categórico, es el goce: la satisfacción
inmediata en la adquisición y usufructo de un sin número de objetos de
consumo. Esto es lo que hace que el goce sea adictivo y que el sujeto se
vuelva adicto a todo. “El goce es adictivo y las promesas de goce
ilimitado dejan al sujeto profundamente desorientado. Lo vemos en las
mil y una adicciones que empujan hoy a las personas al límite de la
muerte” (Bassols, 2016).
Así, por ejemplo, el joven chino Wui Tai, de 24 años, murió en un
cibercafé de Shanghai luego de jugar un video juego durante 19 horas
seguidas.
Así pues, el sujeto contemporáneo tiene un sentimiento
del sinsentido en su existencia. “¿Qué es lo que produce el sentimiento
de sinsentido? Sobre este punto hay una frase maravillosa de Freud:
cuando un sujeto empieza a interrogarse sobre el sentido de la vida es
que se trata de un enfermo del deseo.” (Soler, 2017)
Entonces, lo que fundamentalmente le da un sentido a la vida del sujeto
es el deseo. Cuando algo se desea con firmeza, el sinsentido de la vida
deja de percibirse, es decir, “el deseo es la vida del sujeto” (Soler).
El problema es que el sinsentido tiene algo que ver con el
capitalismo, ¿por qué? Porque el capitalismo explota el deseo; el
mercado promete toda una serie de objetos que colmarían el deseo,
desencadenándose ese consumismo desenfrenado del sujeto contemporáneo.
Cada vez que se promete al sujeto el último objeto de deseo –el nuevo y
rápido celular, el televisor con más resolución, la computadora más
potente, etc.– el deseo es relanzado; el mercado hace creer con su
propaganda que lo que falta está en el mercado, que se debe comprar ese
nuevo objeto para satisfacer el deseo. Esto conduce a una paradoja, y es
que, mientras más se consume, el sujeto experimenta más exacerbadamente
ese sinsentido de la existencia. El capitalismo se ocupa de lo que
vende, por eso explota el Día del Padre, del Niño, del amor y la
amistad, Halloween, etc. El capitalismo lo explota todo (Soler, 2017).
Entonces, si el sujeto desea, el sinsentido de la vida se deja de
percibir, pero deseando todo lo que ofrece el mercado y consumiéndolo,
reaparece ese sinsentido de la existencia.
El psicoanálisis busca
producir un cambio en el deseo del sujeto, busca tocar el deseo del
sujeto permitiéndole reapropiarse de su propio deseo y actuarlo (Soler,
2017). Se trata de un deseo peculiar, singular; no es el deseo de los
objetos que ofrece el mercado, que sería un deseo homogenizado,
colectivo: todos deseando lo mismo y consumiendo los mismos objetos del
mercado. No, aquí se trata de un deseo particular, peculiar, un deseo
que lleva al sujeto a pelear, a luchar, a apasionarse por algo singular
que termina dándole un sentido a su existencia.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
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