350. «Lalengua» y lo real.

Con el concepto de lalengua –esa amalgama entre lo simbólico y lo real– Lacan abre otra dimensión, “en tanto que hay leyes del lenguaje pero no hay leyes de la dispersión y de la diversidad de las lenguas” (Miller, 2012). Lo anterior significa que cada lengua está conformada por contingencias, por azar. Esto también le da al inconsciente una nueva dimensión: la del inconsciente como intérprete de "lo real" (Miller). Pero si lo real es lo que no tiene sentido, si lo real es lo que queda por fuera del sentido, entonces ¿cómo se lo interpreta? Lo que un sujeto hace en un análisis personal, llevado hasta sus últimas consecuencias, es decantar un núcleo, “un pobre real, que se desdibuja como el puro encuentro con lalengua y sus efectos de goce en el cuerpo (…) Y ese encuentro de lalengua y del cuerpo no responde a ninguna ley previa, es contingente y siempre aparece perverso” (Miller).

Lo real lacaniano no es equivalente a lo real de la ciencia; se trata más bien de un real contingente, en tanto que responde a la falta de una ley natural que le de consistencia a la relación entre los sexos. Ese real que se nombra diciendo «no existe la proporción sexual», es un agujero en el saber (Miller, 2012), se trata de un real que alude al sexo como ausente. La fórmula lacaniana «No hay relación sexual», da cuenta de ese real imposible de verbalizar y de cifrar. “La verbalización del sexo, como un lugar vacío da cuenta de que en el inconsciente hay algo que no se inscribe” (Miller). Y si hay algo que se observa en la contemporaneidad, es ese desorden creciente de la relación entre los sexos, entre hombres y mujeres. Así pues, “en el siglo XXI se trata para el psicoanálisis de explorar otra dimensión: la de la defensa contra lo real sin ley y sin sentido” (Miller). Ese inconsciente real ya no es más intencional, no responde más a una interpretación del sentido que se halla reprimido, sino que este inconsciente real “se encuentra bajo la modalidad del "Así es". Que, se puede decir, es como nuestro "Amén"” (Miller). El deseo del analista en la cura apunta, entonces, a llegar a ese real, a reducir al sujeto a su real y liberarlo del sentido, ya que se trata de “un real despojado de sentido” (Miller). Y la lalengua es precisamente eso: una cadena significante sin efecto de sentido (Miller, 2003).

Lalengua no es el lenguaje; mientras el lenguaje está del lado de lo simbólico, de la estructura, lalengua está más del lado de lo real, de los efectos de lo real sobre el cuerpo. La estructura del lenguaje no es más que una elucubración de saber sobre lalengua (Miller, 2008). Dice Miller en su curso La orientación lacaniana: “El concepto de lalengua está destinado a destruir al psicoanálisis sólido. Es ya un concepto que anuncia que la palabra es del orden de la secreción, que es un fluido lingüístico. Es lo que anuncia ya que el significante no es más que el producto del discurso científico sobre lalengua" (Curso del 12 de marzo de 2008). El significante en su estatuto de letra y separado del sentido, es lo que Lacan va a llamar lalengua, “un saber que se presenta como una huella, un trazo, como una escritura de lo que fue nuestra relación originaria con la lengua materna” (García, 2009), marca del goce en el cuerpo.

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