La declinación de la figura paterna se inició con la llegada del
discurso de la ciencia, el cual pone en cuestión el poder de la Iglesia
en occidente y la existencia de Dios. "La idea de que «Dios ha muerto»
se estaba preparando desde la mitad del milenio [año mil] y floreció en
el siglo XIX" (Ramírez, 1999, p. 39). Ya no será más Dios la referencia
fundamental para dar cuenta de la miseria, el sufrimiento personal y las
catástrofes del mundo. Producto de esta declinación de la figura
paterna, tenemos una exacerbación de la angustia en el sujeto
contemporáneo.
Anteriormente, era Dios quien le daba sentido a
los miedos y temores de los hombres. Existía el "temor de Dios" y las
figuras paternas -el Rey, el Papa, el padre de familia- eran respetadas y
admiradas, y servían como referente para la organización social del
mundo -cosa que no sucede más hoy-. "...el hombre del año mil había
proyectado sobre los cielos la figura del Padre protector de la infancia
personal" (Ramírez, 1999, p. 42), un Dios que le brindaba amparo y
protección ante las vicisitudes de la vida y el mundo, prometiendo
felicidad y una vida eterna en el más allá.
Pero el racionalismo
científico "hizo desvanecer esa figura magnánima de Dios" (Ramírez,
1999), por eso, el problema de nuesra modernidad es el vacío y la falta
de sentido de la existencia y de la vida. La declinación de ese
Dios-Padre a nivel colectivo, tiene como efecto el surgimiento de un
Dios personal y oscuro en cada sujeto contemporáneo (Ramírez), lo cual
se observa en ese empuje al goce -a la satisfacción en los objetos de
consumo-, que el discurso capitalista promueve hoy.
Lo que se
encuentra en las obras de Freud, es una añoranza del Padre, de ese padre
que precedía al discurso de la ciencia: omnipotente, omnisapiente,
hasta terrible. Pero ese Dios-Padre mítico ya no se puede recuperar, por
eso la tarea de los psicoanalistas hoy, es liberar a la humanidad de esa
nostalgia del Padre (Ramírez, 1999, p. 52). "El padre del año mil ha
declinado por siempre y eso, para bien o para mal, ha modificado las
relaciones laborales, sociales, familiares, de género y hasta el
psiquismo de los hombres contemporáneos. Es un hecho." (Ramírez). El
Padre ya no es más un ideal social, modelo edípico, Dios todopoderoso,
garantía última, por eso lo que Lacan propone, ante esa declinación del
padre, ante ese desfallecimiento de la figura paterna, es "el deber de
encontrar para el Padre «el uso que convenga». (...) poder vivir más allá del Padre, saber qué hacer con ese vacío. Lacan, a propósito de Joyce, lo dice así: «se puede prescindir del padre a condición de servirse de él»" (Ramírez, p. 53).
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
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