miércoles, 24 de junio de 2020

496. El oscurantismo del siglo XXI

¿Qué ha develado la pandemia que vive el mundo hoy? Primero, que el calentamiento global existe, "al reducir las emisiones de gases no hubo más polución" (Roudinesco, 2020). El problema es si esto llevará a la raza humana a hacer cambios para que dicho calentamiento se detenga, o se merme. Por el sistema económico que rige en el mundo desde hace ya bastantes décadas, la respuesta es no: el ser humano seguirá explotando sus recursos naturales, seguirá contaminando el único lugar que tiene para vivir, con tal de seguir usufructuando, sacando algún provecho, ganando dinero en dicha explotación. Ya lo había señalado Lacan: el discurso capitalista, discurso que orienta al mundo contemporáneo en la venta de bienes y servicios, funciona automáticamente, como una grán máquina sin una cabeza que lo gobierne -lo gobierna la plusvalía, tal y como lo denuncio Marx-, por eso no se detiene y arrasa con todo lo que se le atraviese; es un discurso acéfalo, que empuja, como la pulsión de muerte, a la autodestrucción, bajo las banderas del enriquecimiento personal, el progreso, el emprendimiento, ahora la reinvención; llámese como quiera, en el fondo es lo mismo: el capitalismo y su avidez por la ganancia, que con ayuda de los desarrollos de la ciencia, “se han combinado para hacer desaparecer a la naturaleza" (Miller, 2012). Habrá que pensar en un capitalismo moderado que recurra al uso de recursos renobables, entre otro montón de cosas por hacer.

En estrecha relación con la idea anterior, aunque esto se viene denunciado hace mucho, la pandemia ha develado "el crecimiento de las fortunas de los ricos, y el crecimiento de la miseria de los pobres" (Roudinesco, 2020), lo que se denomina inequidad. ¿Esta situación va a cambiar? Situación que va de la mano con otra pandemia: el hambre. "En pleno Siglo XXI más 1.300 millones de personas son pobres y 24 mil personas mueren cada día de hambre en el mundo. El 75 % de estos fallecidos son niños menores de cinco años. Es decir que 18 mil niños y niñas de entre uno y cuatro años mueren de hambre cada día" (López, 2019). Y con el coronavirus esta situación se va a cuadruplicar. ¿Surgirá una sociedad más equitativa después de esta pandemia? La sola pregunta ya da un poco de risa. "Habrá que introducir controles económicos desde el interior del capitalismo y del liberalismo" (Roudinesco), pero, ¿lo harán los capitalistas, que son hoy los dueños del poder y la política en el mundo, política que se ha convertido en lo más servil al capitalismo? La máquina del capitalismo arrancará de nuevo después de la pandemia, y con más fuerza; se ha hecho del mundo un mercado.

Tercer aspecto que ha develado la pandemia: ¿quiénes están gobernando el mundo hoy? "Hay una crisis muy grave en los países democráticos: la ruptura entre los pueblos y la elite. Hay populismo en Europa y hay una pérdida de confianza del pueblo en los políticos. Los pueblos europeos no son hoy para nada progresistas, estamos retrocediendo hacia un nacionalismo, con verdadero peligro de fascismo" (Roudinesco, 2020). Populismo también lo hay en Norteamérica y toda Latinoamérica. Pero el populismo no es malo en sí mismo, sino la forma como proceden ciertos gobernantes, contentando al pueblo con resoluciones que no producen cambios profundos en la sociedad, y que siguen favoreciendo a los ricos, como por ejemplo, el "Covid Friday" de Duque en Colombia en plena pandemia. Y a esa desconfianza de los pueblos en sus políticos se suman, junto a Duque, Bolsonaro, Trump, Macri, Piñera, Macron, Le Pen, Johnson, etc., todos, por cierto, vasallos del neoliberalismo. Es el oscurantismo del siglo XXI. Pero no solo el de los líderes políticos, también el de la población moderna, esa que cree que las vacunas son peligrosas; "yo conozco gente así, creen en la naturaleza, en el sentido más estúpido del término, en tomar polvos, preparados, jugo de banana o jugo de miel (o los jugos verdes) que “va a impedir que nos contagiemos enfermedades”" (Roudinesco). Y junto a los antivacunas están los terraplanistas, y los que divulgan teorías conspirativas sobre el covid-19, las vacunas con chips para controlarnos con las antenas 5G, etc. Es la época de idiotez generalizada, donde el pensamiento y la razón han pasado a ser algo banal. Es un riesgo para el mundo democrático el surgimiento de regímenes fascistas y totalitarios pospandemia, debido al estado en el que se encuentra esta sociedad regida por el consumismo y la avaricia humana.

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