“Todo el mundo es loco” es un aforismo de Lacan. “Todo el mundo es loco, Lacan lo formuló una sola y única vez, en un texto publicado en una revista que era entonces restringida, Ornicar?” (Miller, 2024). Este aforismo entró en el lenguaje de la AMP, incluso se volvió una especie de eslogan. Fue entendido como una reivindicación democrática de la igualdad de los ciudadanos que se impone a la jerarquía médico-paciente, deconstruyéndola. “Lacan había anticipado la ideología contemporánea de la igualdad universal de los seres hablantes señalando la fraternidad que debe ligar, según él, al terapeuta y a su paciente” (Miller).
Esta reivindicación igualitaria de los sujetos se traduce en la desaparición de la clínica. “Todos los tipos clínicos se sustraen progresivamente del gran catálogo clínico, ya degradado y deconstruido por las ediciones sucesivas del DSM” (Miller, 2024). Ahora los sujetos afectados de un trastorno mental, de una discapacidad, se asocian y hacen grupos. Grupos fundados jurídicamente que se constituyen a menudo en grupos de presión, como, por ejemplo, los autistas. Todo anuncia que la clínica será pronto cosa del pasado (Miller).Hay pues una despatologización de la clínica. “No habrá más patologías, en su lugar habrá, hay ya, estilos de vida libremente elegidos” (Miller, 2024), y jurídicamente sancionados. Se trata de la sustitución del principio clínico por el principio jurídico. Un ejemplo de ellos son los sujetos que demandan una transición de género. “Un hombre político francés propone hoy incluso, que el cambio de sexo se introduzca en la Constitución francesa y se reconozca como un derecho humano fundamental, hasta ahora olvidado” (Miller). Ahora todo el mundo es normal.
El Todo el mundo es loco va, pues, de la mano de la despatologización de la enfermedad mental. ¿Cómo podría salvarse la clínica a pesar de toda despatologización? Se propone una dialéctica para salvar la clínica a pesar de la despatologización, distinguiendo entre la tesis (la desaparición de toda patología) y la hipótesis (la conservación de las distinciones clínicas). Así pues, se conservan las distinciones de la clínica al nivel subordinado de la hipótesis (Miller, 2024).
Si todo el mundo es loco, ¿es que es delirante? Sí, todo el mundo es loco, es decir delirante. Decir “La imputación de locura y de delirio depende aún de la clínica. Parece que valida el fin de la clínica, pero en términos que pertenecen a la clínica (…) Todo el mundo es loco, ¿Quién lo dice? No puede ser más que un loco. Por lo tanto, lo que dice es un delirio” (Miller, 2024).
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