Renunciar a una ganancia de placer fácil e inmediata, privarse por un
tiempo y esperar esa satisfacción posteriormente, es contar con el «principio
de realidad», "por el cual el hombre maduro se diferencia del niño" (Freud, 1978).
La satisfacción inmediata del placer puede traer consecuencias penosas para el
sujeto, incluso castigos por su trasgresión. Precisamente, este neurótico que
se piensa excepcional, es alguien que se revela contra la posibilidad de
sacrificarse antes que renuncia a alguna satisfacción placentera; se podría
decir que son sujetos que gustan de «hacer lo que les da la gana», sin medir las
consecuencias de sus actos, ya que están pensando solo en su propia
satisfacción.
Dice Freud en el texto citado, que es seguro que cada cual quiera
presentarse como alguien excepcional y reclamar privilegios sobre los demás.
Pero lo peculiar de este sujeto es que su neurosis se anuda a una vivencia o a
un sufrimiento que los ha afectado en la primera infancia, vivencia de la que
se sabía inocente y pudieron estimar como un “injusto perjuicio inferido a su
persona” (Freud, 1978). A partir de esa supuesta injusticia que les sucedió en
su infancia, estos neuróticos reclaman para sí toda una serie de privilegios. Freud
también sugiere que lo mismo sucede con la conducta de pueblos enteros que han
pasado por graves sufrimientos, como es el caso del pueblo israelita, que se atribuyen
el ser el pueblo elegido de Dios, y por tanto, se piensan excepcionales.
Por lo general, la vivencia o sufrimiento que se presenta en estos
neuróticos, y que es considerada como injusta, se relaciona con alguna deformidad,
enfermedad congénita o algún daño sufrido en la infancia; dicho daño los hacen
pensar que la vida les debe un resarcimiento que ellos se toman para sí, de
tal manera que creen tener derecho a ser excepcionales y a pasar por encima de
los reparos que detienen a otros (Freud, 1978). Dice Freud que en menor o mayor
medida todos hacemos ese tipo de exigencias, sobre todo cuando le hacen
afrentas a nuestro amor propio -narcisismo-. Incluso “la pretensión de las
mujeres a ciertas prerrogativas y dispensas de tantas coerciones de la vida
descansa en el mismo fundamento” (Freud), en la medida en que nacieron "castradas". Por eso se puede decir que todo
sujeto se piensa excepcional, como todos los demás.
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