Hoy vivimos en una época en la que se puede decir que se consume de
todo, a tal punto que ya se habla de nuevas adicciones. Ya la adicción
al alcohol y las drogas parece vieja; hoy se habla de la adicción a las
nuevas tecnologías, al juego –ludopatía–, al sexo, al ejercicio
–vigorexia–, al trabajo, y en fin, casi que se podría ser adicto a
cualquier objeto o actividad que el mercado ofrece hoy en día o que la
contemporaneidad le demanda al sujeto. Incluso, es un hecho que en la
modernidad nos hemos hecho adictos a los objetos de la tecnología;
vivimos "pegados" o conectados a cuantos objetos nos ofrece el mercado:
computador, el celular, las consolas de juego, el GPS, los dispositivos
de audio y video –mp3, mp4–, las tabletas, etc., así como en su momento
nos volvimos adictos a la radio, la televisión, el reloj, el bíper, etc.
La vida de todos los sujetos está atravesada hoy en día por el empuje
al consumo de todo tipo de “gadgets”, convirtiendo al individuo en un
consumidor que a la vez es consumido por los objetos mismos. “El consumo
te consume”, dice un graffiti en una ciudad española.
Casi
que lo que habría que preguntarse es: ¿por qué los seres humanos
tendemos a ser adictos? Hoy en día casi que se podría plantear la
adicción a un objeto o a una actividad como parte de las características
de cada ser humano, por eso nos podemos preguntar por qué los seres
humanos somos tan “adictivos”, cosa que no sucede con los animales. El
acto de drogarse, entre otros, distingue al ser humano de los animales;
es como si el hombre fuese por «naturaleza» un ser predispuesto a las
adicciones. Algo tenemos los seres humanos, algo hace parte de nuestro
ser, que nos hace sujetos proclives a la adicción. Y si a esto se le
suman las demandas de la sociedad de consumo, casi que se podría decir:
¡Todos adictos! Como dice Laurent (2011), en la contemporaneidad hay una
"relación adictiva que se tiene con los objetos de goce. Porque casi
todo puede transformarse en un objeto de goce. (...) Puede volverse
adictivo el shopping, el tabaco, la droga, el sexo, todo puede tomar el
matiz de una invasión." ¿Cómo responde el psicoanálisis a este nuevo
síntoma? El psicoanálisis le ayuda a cada sujeto a inventarse una
solución a su medida para resistirse a la pulsión de muerte, resistirse a
ese goce invasor; no sin olvidar que existe "el derecho de cada uno a
dañarse un poco, no del todo, sólo un poco." (Laurent).
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
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