El aprendizaje de todo niño pasa por su vínculo con el Otro
significativo -la madre, los cuidadores, la profesora, etc.-, es decir,
que para que un niño aprenda cualquier cosa, eso va a tener que ver con
la necesidad que tenga ese gran Otro de que el niño hable (Arroyave,
2007), de que le demande, le pida cosas. Un niño no se pone a hablar
espontáneamente; tampoco se alimenta o camina de forma natural; ninguna
de estas cosas son naturales en los niños. Se necesita de Otro que desee
que el niño camine, hable, se alimente (Arroyave).
¿Cómo
aprende, entonces, un niño? Un niño aprende en la medida en que su
madre -ese Otro significativo- oscile entre hacer de su hijo el objeto
que la colma, o dejarlo y desear hacer otras cosas; que la madre oscile
entre si su hijo es su objeto maravilloso o que no lo sea tanto. El
niño, entonces, va a padecer esta oscilación, padece el tener que dejar
de ser ese objeto maravilloso para su madre. Esto es lo que le va a
permitir al niño correrse de ese lugar que lo dejaría identificado a ese
objeto maravilloso que completa a la madre (identificado al objeto de
deseo de la madre: el falo), y se mueva de ese lugar (Arroyave, 2007).
Se
necesita, entonces, de una madre que no sepa siempre todo sobre su
hijo. Cuando una madre lo sabe todo sobre su hijo, ¿qué va a querer
éste? ¿Qué va a querer aprender? El niño queda fijado a ser el objeto
que completa a su madre (él es el falo) y no va a desear nada más, y
esto es lo peor que le puede pasar a un niño. Por eso, lo primero que
aprende un niño es a jugar: juega a sustraerse del campo del Otro;
"juega a sustraer un objeto que él oculta del campo de la mirada (del
Otro), y este juego va a tener que ver con la presencia o la ausencia de
la madre; él la simboliza, la representa a través de esto y la elabora;
es la manera en la que él aborda la pérdida de objeto que es él mismo"
(Arroyave, 2007) -este es el famoso juego del fort-da que describe Freud
en Más allá del principio del placer (1920)-.
Este
juego del niño -a sustraerse del campo del Otro- va a estar facilitado
por la oscilación de la madre. Si el niño permanece en el lugar de
objeto para la madre, él no va a jugar, no va a hablar, no va a
aprender. Por eso, el juego del niño nos hace saber que él se está
constituyendo como sujeto, es decir, está dejando de ser objeto y está
pasando a ser un sujeto. Hay que preocuparse cuando un niño no juega, no
habla, no come, es decir, no aprende. Lo que le permite al niño
aprender es descubrir que ese Otro -que es su mamá o su cuidador-, no lo
sabe todo de él, no sabe qué le pasa, y esto al niño le hace bien,
porque así el niño tendrá que dirigirse a otros lugares a preguntar;
empezará a demandar y a preguntar sobre todas las cosas. "El preguntar
en un niño, es un signo de salud, porque sus primeras preguntas tienen
que ver con "lidiar con el deseo materno". Sus primeras preguntas van a
ser: ¿Qué quieres mamá? ¿Qué quieres de mí? ¿Qué soy para ti? ¿Qué
significo?" (Arroyave, 2007). Lo que le va a permitir al niño seguir
creciendo, aprender y andar por la vida, es que ese gran Otro no lo sepa
todo, y sobre todo, que no sepa todo sobre él.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
553. Las clínicas de urgencias subjetivas
Las clínicas de urgencias subjetivas son espacios dedicados a atender crisis emocionales o psíquicas desde una perspectiva psicoanalítica la...
-
El padre alcahuete es el que encubre a su hijo en algo que se quiere ocultar. Este padre suele ser permisivo y prodiga un amor incondicional...
-
El sueño, lo dice Freud (1915-16) claramente, "es un sustituto de algo cuyo saber está presente en el soñante. pero le es inaccesible...
-
La estructura del lenguaje nos somete a la lógica de la diferencia significante, la cual es siempre una diferencia binaria. “La cuestión de ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario