Cuando Freud hace uso del concepto de falo en su teoría, lo hace para
simbolizar la presencia o ausencia del pene en los niños; Freud, en un
principio, no distingue entre el falo como referente simbólico y el pene
como realidad anatómica. Freud recurre aquí a ese símbolo que, desde la
antigüedad, representaba la fertilidad, la virilidad, la potencia, el
poder. Es por esto que el falo se refiere más al pene erecto, o a un
objeto que se asocie a la forma que él tiene. Esto permite aclarar que
el falo no es equivalente al pene, ya que un pene flácido no es fálico;
pero tener un pene, que es el caso de los niños varones, le brinda al
sujeto un atributo fálico, lo que hace que muchas mujeres deseen tener
un niño en lugar de una niña, debido a que el niño es percibido como
completo –no le falta nada–, y la niña es percibida incompleta, en
falta.
Freud, entonces, hace uso del concepto de falo al hablar
de la "fase fálica", fase que hace referencia a la primacía de los
genitales exteriores en el momento en el que el niño subjetiva la
diferencia sexual. Durante la fase fálica los genitales de ambos sexos
no desempeñan ningún papel, sino solo el masculino. “Los genitales
femeninos permanecen por largo tiempo ignorados” (Freud, 1940), y solo
interesa, a niños y niñas, el genital masculino, es decir, el falo, ya
que es el que pueden observar claramente.
Así pues, la fase
fálica es un período de la vida del niño en el que se despierta su
curiosidad sexual debido al descubrimiento de la diferencia sexual
anatómica. La investigación sexual de los niños es una de las
características más importantes de la sexualidad infantil. Ella comienza
bien temprano en la infancia, antes del tercer año de vida, dice Freud
(1916/17), y no arranca de la diferencia sexual, que nada significa para
los niños, ya que el niño, por lo menos el niño varón, atribuye a ambos
sexos el mismo genital: el masculino.
Entonces, en el
psicoanálisis el falo no es el pene como realidad biológica, sino el
papel que la representación de este órgano juega en la fantasía y en la
diferencia sexual; el falo es entonces el significante con el que se
marca la diferencia sexual entre hombres y mujeres de una manera muy
sencilla: se lo tiene o no. El problema es que solo existe un
significante para nombrar la diferencia sexual: el falo. ¿Cómo inscriben
todos los niños la diferencia sexual en el psiquismo? Niños y niñas
subjetivan dicha diferencia diciendo: “los niños tienen pene, las niñas…
no tienen pene”; nunca los niños y las niñas subjetivan la diferencia
sexual diciendo: “los niños tienen pene y las niñas tienen vagina”.
Niños y niñas parten de la «premisa universal del pene», es decir, de la
suposición de la presencia del genital masculino en todos los seres
humanos. En los niños esto es muy claro, pero ¿por qué en las niñas
también? Porque cuando las niñas descubren la diferencia sexual, ellas
la subjetivan pensando que a ellas les falta el falo, es decir, que a
ellas o no les dieron uno, o se lo quitaron, o no les creció. La
referencia es entonces a la presencia del falo en todos los niños.
Decirle
a una niña que los niños tienen pene y las niñas vagina, no le dice
nada, porque a ella lo que le interesa es lo que ve: el falo que tienen
los niños y que a ella le falta. El significante «vagina» le entra por
un oído y le sale por el otro; ella está preocupada por lo que observa:
la presencia del pene en los niños. Los genitales femeninos a esta edad
del niño (entre tres y cinco años) son ignorados, no tienen ninguna
importancia, ya que lo que pesa en los niños es lo que observan, lo que
ven; “hasta hoy -dice Miller (2002)- es un hecho que un tengo esencial,
primordial, recae sobre el pene” (pág. 153), recae sobre eso que se
observa, y lo que ven niños y niñas es que hay seres que tienen algo que
a los otros les falta.
Se lo tiene o no: es así como se
subjetiva ese tener o no tener un pene, es así como se subjetiva la
diferencia sexual en ambos sexos. El tener el falo no es ninguna ventaja
para los hombres, ya que temen perderlo -angustia de castración-; por
eso se dedican a cuidar lo que tienen: su pene, su dinero, su mujer, esa
con la que hacen ostentación de lo que tienen, al igual que con su
moto, su automóvil o sus lujos, ostentación que los hace ver como unos
idiotas. El hombre, entonces, se dedica a cuidar, controlar,
contabilizar todo lo que tiene, quedando inscrito en la estructura
neurótica como neurótico obsesivo.
La niña considera que el
varón, por tener un pene, es completo, y que ella ha sido privada de ese
órgano, que no se le dio. Esto la lleva a sentirse incompleta,
inclusive inferior al niño, entonces va a desear querer tener uno, tener
un pene. A este deseo Freud lo llamó «envidia del pene». Esta envidia
del pene lleva a muchas niñas a comportarse como los niños: empiezan a
orinar de pie, o a jugar los juegos de los niños: fútbol, etc. Ella no
se resigna a no tener lo que el niño sí tiene, y desea uno para ella,
por eso se empieza a comportar como un niño.
Con el significante
«falo», tanto el hombre como para la mujer identifican a ambos sexos, es
decir, que con un solo significante se señala la diferencia sexual: los
que lo tienen son los hombres y las mujeres son aquellas que están
privadas de él. Niños y niñas establecen siempre la diferencia sexual
diciendo: los niños tienen pene, las niñas no lo tienen; así es como
niños y niñas subjetivan la presencia o ausencia del pene -complejo de
castración-. Por esta razón también se dice que el falo es un
significante sin par: no hace pareja con ningún otro significante, de
tal manera que en el lugar del Otro sólo existe un significante para
señalar la diferencia sexual, y no dos. Es como si faltara el
significante que permitiría identificar al Otro sexo.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
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