miércoles, 7 de septiembre de 2011

312. ¿Legalizar la droga?

Se piensa que muchos drogadictos lo son porque consumen sustancias ilegales, pero la verdad es que lo ilegal no es una atracción para el toxicómano en tanto que tal. Seguramente para algunos drogadictos la ilegalidad es importante en el momento de elegir la droga que va a consumir, pero para el toxicómano lo ilegal o legal no le dice nada (Laurent, 1988). Como el toxicómano ha hecho una ruptura con la castración, por eso no le importa lo legal o lo ilegal que sea la droga. Esta es otra de las consecuencias de esa ruptura con la castración, ya que la castración implica la ley, y la ley es la que hace al trasgresor. Sin ley no hay trasgresión.

Esta consecuencia trae, a su vez, otra consecuencia con respecto a la legalización de la droga, tema en el cual se piensa ahora bastante, y es la siguiente: legalizar la droga no traería ninguna consecuencia en el consumo. Habría sí cambios a nivel del mercado y las ganancias, pero la legalización no serviría como tratamiento para el consumo. Publicaciones como The Economist ha apoyado recientemente por la legalización de la droga, ya que los economistas saben perfectamente que dicha legalización hace decaer los grandes beneficios que ella produce a los narcotraficantes de un pequeño país que logra inundar a todo el planeta con su tóxico. Dice entonces Laurent (1998) que a la droga hay que legalizarla para que ella no beneficie más a nadie más. Además, esta sería la única forma de reducir los daños que su consumo produce, así se siga consumiendo.

Ahora bien, como las leyes del mercado regulan los precios de la droga, ella inunda dicho mercado, que ahora es globalizado. Esto tiene como efecto la integración del mercado único de los goces, es decir, que todo el mundo goza de los mismos objetos de consumo, lo cual uniforma el goce, haciendo insoportable un goce diferente, borrando las diferencias. Esto tiene como efecto en el mundo, como señala Laurent (1998), fenómenos de segregación y de racismo. Dice Laurent: “Cómo la forma "Estado" podrá hacer coexistir goces diferentes sin que se susciten estos fenómenos de odio racial, es la apuesta decisiva en la cual vivimos. Y bien, me parece, más allá de la forma "Estado", es decir el mercado único, él, se coloca en la perspectiva, de un goce uno, más allá de estos goces diferentes. Es lo que hace, después de todo que un solo país pueda ser el productor de droga para el universo entero y producirla en cantidad suficiente: no hay ningún obstáculo industrial para esto, la cocaína puede ser producida en cantidad suficiente para satisfacer el consumo mundial.” (1998, párr. 30).

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