A pesar del progreso de la ciencia, que unida a la economía del mercado
ha exacerbado el consumismo en la sociedad, se sigue observando un
retorno, con mucha fuerza, de las sectas religiosas. Llámense iglesias
cristianas o estados que defienden una religión, todas consideran que
son depositarias de una verdad absoluta -incluidas las religiones
tradicionales-. "No hay, por supuesto, sino una verdad (y) para
preservar esa verdad están listos para hacer la guerra y para armar
cruzadas" (Nominé, 2008), como, por ejemplo, hacer terrorismo en países
considerados enemigos del Islam, o hacer marchas en defensa de la
supuesta familia tradicional (madre-padre-hijos) y en contra de la
inclusión y respeto de las minorías, como la comunidad LGTBI, una de las
más vilipendiadas por esas, las nuevas cruzadas religiosas.
Esa
verdad absoluta, esa que sostiene el discurso religioso, cualquiera que
este sea, ha sido desestabilizada por el discurso de la ciencia; “lo que
caracteriza la ciencia es que se pasa el tiempo poniendo en duda y
examinando sus verdades. Lo que era verdad ayer se revela hoy como error
y así sucesivamente” (Nominé, 2008). Esto ha llevado a una especie de
crisis existencial planetaria: ya no hay nada seguro, ni verdad última,
ni saber absoluto sobre las cosas, ni garantes de la verdad definitiva;
paradójicamente, esa situación, esa misma crisis existencial, es la que
ha llevado a la aparición de nuevas sectas, iglesias cristianas y
evangélicas de todo tipo, y al fanatismo religioso extremo, como el de
ciertas corrientes del Islam. ¿Por qué? Porque frente al sinsentido que
introduce el dudar de toda verdad, el ser humano necesita de
certidumbres que le den sentido a su existencia, y ¿quién lo hace de la
mejor manera sino el discurso religioso? En efecto, este discurso tiene
como función fundamental el darle sentido a la vida del ser humano; es
por esto que Lacan (2001) dice que “el sentido siempre es religioso”.
Así
pues, el sujeto contemporáneo, que padece de esa falta de sentido en su
existencia, se deja fácilmente seducir por estos “sistemas arcaicos del
pensamiento, que mezclan magia, religión y ciencia, pues son los
ingredientes de la mayor parte de las actuales sectas. Al mezclar magia,
religión y ciencia, la secta restaura el antiguo estatuto de la Verdad
Única” (Nominé, 2008). El problema de esto es que esa fabricación de
sentido exacerbado a la que se dedica el sujeto adoctrinado en el
discurso religioso, hace de él un débil mental, es decir, un ignorante,
un imbécil, un idiota útil para los propósitos de dominio y rentabilidad
de dichas sectas; un sujeto incapaz de ser crítico y de hacer uso de un
pensamiento lógico, sensato y racional.
UN BLOG SOBRE PSICOANÁLISIS LACANIANO. Los textos cortos aquí publicados, aparecieron en el semanario La Hoja de Medellín, entre los años 1995 y 1999, en una columna titulada «Sentido Común». A partir del 18 de julio de 2007, he empezado a publicar otros textos cortos, reflexiones, ideas, desarrollos teóricos del psicoanálisis lacaniano. Espero les sea de utilidad para pensar al sujeto y como introducción al psicoanálisis. Bienvenidos!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
548. La lógica del fantasma: el «fantasma fundamental»
El décimo cuarto seminario de Lacan se titula La lógica del fantasma, un título que puede parecer paradójico o discordante, ya que el fantas...
-
El padre alcahuete es el que encubre a su hijo en algo que se quiere ocultar. Este padre suele ser permisivo y prodiga un amor incondicional...
-
El sueño, lo dice Freud (1915-16) claramente, "es un sustituto de algo cuyo saber está presente en el soñante. pero le es inaccesible&q...
-
En la neurosis histérica es frecuente encontrar a «la otra mujer», es decir, otra mujer que entra a jugar un determinado papel en la relació...
No hay comentarios:
Publicar un comentario