miércoles, 16 de febrero de 2011

240. Cifra Vs. posición subjetiva.

Dice Miller en su texto El método psicoanalítico (1997) que “el psicoanálisis no tiene sentido a nivel de la pura objetividad” (p. 42). Esto quiere decir que el nivel descriptivo no es de mucho valor en la experiencia psicoanalítica. El mismo Freud se dio cuenta de esto, después de que intentó verificar los hechos relatados por sus pacientes y se encontró con que muchos de esos relatos no habían sucedido en la realidad, que eran inventos o fantasías del sujeto. En la experiencia analítica prima la escucha de lo que el paciente dice, sobre la observación. No se trata de que el analista sea ciego; como dice Miller en el texto citado, “es bueno tener una idea de si el paciente es una mujer o un hombre” (p. 38). Lo esencial es, pues, lo que el paciente dice, pero ir de los hechos a los dichos no es suficiente; hay que dar un segundo paso: “cuestionar la posición que toma aquel que habla con relación a sus propios dichos” (Miller, p. 39), es decir, localizar la posición subjetiva del sujeto con respecto a lo que dice, o localizar al sujeto de la enunciación en términos de Jacobson.

Lo anterior lo introduzco para contrastarlo con lo que se ha constituido hoy en lo único que vale a la hora de dar cuenta del sujeto: La cifra. La cifra, dice Miller hoy vale como garantía del ser. “El ciframiento es, ciertamente, necesariamente, llamado a recubrir todos los aspectos de la existencia. Eso no es ni siquiera una profecía, es una constatación, que se verifica incesantemente, y con relación a lo cual tenemos que saber tratar su lugar en el psicoanálisis.” (2008).

La cifra se introduce cada vez más en la psicología por el influjo, más y más dominante, de las terapias cognitivo-conductuales, es decir, bajo la forma del sufijo «neuro», “que es la forma que toma la cifra cuando viene a apoderarse, cuando viene a capturar lo psíquico” (Miller, 2008). La cifra, el número, domina hoy sobre todo. Hoy la ciencia y su lenguaje, el lenguaje de las matemáticas, se ha apoderado de toda reflexión sobre el sujeto, así como lo ha hecho de la ciencia de la vida: la biología. Y por ese camino se ha llegado a la matematización, si se puede decir así, del órgano más importante del viviente: el cerebro. Y el sujeto, ¿dónde queda?

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