En el discurso analítico los psicoanalistas suponemos que el sujeto del inconsciente sabe leer. "Y no es otra cosa, todo ese asunto del inconsciente. No sólo suponen que sabe leer, suponen también que puede aprender a leer”. (Lacan, 1985, p. 49) La lectura del inconsciente que hacen los psicoanalistas cuando escuchan a sus pacientes, funda el método de investigación propio de la clínica psicoanalítica, ese que Lacan denominó el comentario de texto; este es el método propio de investigación en y con el psicoanálisis. Ahora bien, ¿se puede entonces leer un texto igual a cómo se lee el inconsciente? Precisamente, la disciplina del «comentario de texto» está inspirada en la lectura que se hace del inconsciente en la experiencia analítica, es decir, que dicho método es consecuente con la experiencia misma del psicoanálisis. Lo que hace Lacan, al leer los textos freudianos, es someterlos al esquema operacional que el mismo psicoanálisis ha inventado.
Si lo esencial del método freudiano para abordar las formaciones del inconsciente, consiste en confiar en el relato del paciente, lo esencial del método del comentario del texto consiste en confiar en el texto escrito, es decir, “considerar el texto como una palabra verdadera, es decir, con su valor de transferencia.” (Miller, 1991, p. 17) ¿Qué quiere decir esto?, se pregunta Miller, a lo cual responde: “En la disciplina analítica, el comentario, al mismo tiempo, -es demasiado decir, en dos tiempos, ligados y vinculados- el texto pregunta, questionne, y el texto responde. Es por esta razón, si se trata así al texto, que el comentario también tiene un valor de transferencia. (...).
“Al mismo tiempo, el texto se pone en el lugar del Otro, A, y las preguntas que podemos pensar plantearle al texto, en realidad es el texto mismo quien nos las propone a nosotros. Las respuestas, en la disciplina del comentario, no son nuestras respuestas, sino las que buscamos en el texto mismo. Obedeciendo a este rigor, el efecto de transferencia se produce de una manera implacable.” (Miller, 1991, p. 10-11)
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