268. La dimensión política en Lacan.

En Lacan la dimensión política es más manifiesta que en Freud, sobretodo porque aprovechó toda la herencia epistemológica que recibió -Hegel, Saussure, Marx, etc.-. Lacan, por ejemplo, frecuentó a Karl Marx y buscó en él uno de sus conceptos mayores, del que dice que es su único aporte original al psicoanálisis: el objeto a, extraído del concepto de plusvalía de Marx.

También en Lacan encontramos otra dimensión de su obra referida a un combate político al interior del psicoanálisis, combate que recae sobre la habilitación y el reconocimiento del psicoanalista, es decir, todo lo que tiene que ver con responder a la pregunta «¿qué es un analista?». Lacan inicia un combate en nombre de los fines de la cura, y de hecho, todas las crisis que retornan dentro de la institución analítica lacaniana, crisis que Lacan vivió y provocó, fueron siempre motivadas por la pregunta de la formación del psicoanalista y la cuestión del final de la cura. Este es un punto crucial: el del fin de la cura, es decir, resolver en nombre de qué alguien puede decir «tú eres psicoanalista porque has llevado tu cura hasta el punto que convenía». Pero, ¿cuál es este punto que conviene? Otra manera de hacer esta pregunta es ¿qué clase de analistas es la que se quiere en las Escuelas de orientación lacaniana? -Es la pregunta que va a responder la experiencia del pase-.

El problema está en que un analista no obtiene su autoridad más que de sí mismo; la única cosa que da a un analista su autoridad es su deseo. El deseo es lo que autoriza a un analista a sostener una transferencia, y es porque el analista se autoriza de sí mismo -y de algunos otros- por lo que se vuelve de una importancia crucial la política -institucional- del psicoanálisis.

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