sábado, 10 de julio de 2010

106. Jóvenes tiranos y desfallecimiento del padre.

Los jóvenes de hoy no parecen sentir ninguna deuda hacia sus padres y la sociedad. Son unos tiranos que piensan que los otros les deben algo; de ahí una posición subjetiva parecida a la del canalla: él no es responsable de nada, siempre los otros lo son; sus padres responden por él en todo: lo sacan de problemas, lo sostienen económicamente, etc., lo que refuerza esa posición de «mantenido» que espera que todo se lo den sin ningún esfuerzo.

La posición de los jóvenes de hoy es más bien la de víctima, sin disciplina ni responsabilidad frente a lo que le toca hacer para llegar a ser un adulto comprometido con la sociedad. El adolescente moderno es el niño maravilloso de la madre, que exige ser reconocido como sujeto con «derechos» pero no con «deberes». Es el niño objeto de un amor sin límites, que no sabe de respeto; que cuando pide, los padres corren a darle. Esa tiranía del joven actual habla también de la posición subjetiva de los padres: es un padre permisivo, que se siente culpable de lo que hace y que siente vergüenza de asumir su papel de representante de la Ley. Se podría establecer la siguiente fórmula: la posición permisiva y culpable del adulto equivale a la tiranía y despotismo del joven.

Este desfallecimiento del adulto frente a su responsabilidad como representante y transmisor de una Ley y una disciplina, se encubre en una idea bastante errónea de que el amor que se brinda al hijo debe ser pleno, lleno de dicha y que no involucre dificultades y sufrimientos. Este amor supone que los niños deben recibir satisfacción inmediata a sus demandas. Es un amor que responde a la idea de que el niño debe estar siempre feliz y alegre y nunca triste o aburrido. Se ha llegado hasta a pensar que si se le ponen límites o se le prohíbe hacer algo, se lo traumatiza o se le inhibe su libertad individual. Este amor sin límites se observa en padres que viven exageradamente «enamorados» de sus hijos, o que sienten culpa y pesar cada vez que los castigan, o que piensan que a sus hijos hay que darles todo de lo que estuvieron privados ellos en la niñez.

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