No progresar en el estudio, no rendir lo suficiente, no aprovechar lo enseñado, perder exámenes constantemente, etc., se debe tanto a factores relacionados con la falta de una disciplina de estudio, como con una «inhibición en el pensamiento» (no recordar lo que ya se sabe) que merma las capacidades intelectuales del alumno. A lo anterior hay que agregar toda una serie de factores que también pueden llegar a afectar el buen rendimiento académico: condiciones psicológicas o subjetivas, condiciones familiares, físicas, métodos de estudio, el estado de salud del sujeto, etc.
Las condiciones psicológicas han estado referidas principalmente a la «motivación» e interés que pueda tener el alumno por el estudio. Se habla mucho de la motivación como factor psicológico que influye sobre el aprendizaje, y que los problemas en el rendimiento académico se deberían a la falta de una buena motivación. Pedagógicamente hablando, la motivación significa proporcionar motivos, estimular la «voluntad» de aprender, despertar el interés, pero el interés en el estudio, ¿es un asunto de voluntad y motivación? ¿Qué es en última instancia lo que pone en movimiento a un sujeto?
Lo que pone en movimiento a un sujeto es el «deseo», y si hay voluntad y se está motivado por el estudio es porque hay deseo de aprender. Hay una dificultad con el deseo de aprender, y es que ¡sólo se transmite en la medida en que haya otro sujeto (el profesor y/o los padres de familia) que también demuestre un deseo de saber! El deseo es algo que se transmite de un sujeto a otro por la vía de una transferencia de trabajo, es decir, porque hay alguien interesado en saber.
El deseo es también el que orienta el interés, otro de los factores importantes en el aprendizaje. El interés es una fuente primaria y fundamental de la motivación. Ha sido definido como el sentimiento agradable o desagradable producido por una idea u objeto con el poder de captar y mantener la atención (En Freud el interés no es otra cosa que la libido). Pero por más motivación que haya para el estudio por parte de profesores y padres, por más interesante que se le haga a un estudiante determinada idea u objeto, si no hay el deseo (de aprender) tampoco habrá rendimiento en el estudio.
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