La pulsión es el nombre que se le da al impulso sexual de los seres humanos, en la medida en que sus conductas no son instintivas. La pulsión es lo que ha venido a sustituir al instinto en los seres humanos desde el momento en que pasó a ser un animal racional. Por racionalizar el hombre deja de estar regido por las leyes de la naturaleza y pasa a ser regido por las leyes que hay en cultura; el ser humano, por pensar, es un ser «desnaturalizado»: queda separado de la naturaleza, no responde más a ninguna ley natural y pierde sus instintos animales.
El instinto es un «saber» que, trasmitido de una especie a otra por la vía del material genético, le permite a los animales adaptarse y responder, de forma adecuada, al ambiente que habitan. Esta es la razón por la que se puede decir que los animales nacen aprendidos, es decir, que responden de manera automática a los estímulos del medio. El instinto tiene la característica de ser un saber que rige para todos los miembros de una misma especie, sin excepción.
En el lenguaje corriente se suele decir que los seres humanos poseen instintos: sexual, de conservación o materno. Pero si unos tales instintos existieran en el ser humano, su vida sería completamente diferente a como es. Por ejemplo, si en él existiera un instinto sexual, no tendría por que haber exhibicionistas, pederastas, voyeuristas u homosexuales, ni ningún otro tipo de comportamientos que se desviara del supuesto objeto normal de la sexualidad -el sexo opuesto de la misma especie- y de la supuesta meta normal de la sexualidad -la reproducción o el coito-, comportamientos que en el psicoanálisis se denominan «perversiones sexuales». Si la sexualidad humana es tan extravagante, es justamente porque no es instintiva, sino pulsional.
Si en el ser humano hubiese un instinto de conservación, no arriesgaría la vida de la forma como lo hace con, por ejemplo, los deportes extremos, ni fabricaría armas para matarse, ni fumaría, ni bebería, ni comería en exceso. Y si las mujeres tuvieran un instinto materno, ninguna de ellas abortaría, ni abandonaría a sus críos, o los daría en adopción. Mucho menos los maltrataría, los golpearía o los humillaría. El ser humano perdió sus instintos cuando empezó a hablar y a pensar, cuando empezó a ser un sujeto de la cultura.
¿En suma podríamos decir que el instinto + la razón: pulsión; Entendiendo este producto como la fusión de la naturaleza instintiva, con la nueva función propiamente del homo sapiens- sapiens, el pensamiento simbolico?
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